Lucho contra los Nomos sordomudos.

 Desde aquí se escucha el murmullo de la casa de los muchos, los vecinos más convulsos que no tiene todo el mundo. Ninguno habla y no es justo tantos escándalo al unisono repicando cual conjunto, con sus caprichos absurdos apretujando demonios hasta declararse locos entonando cantos brujos. Viven atados al luto, colgando bajo cartones, refrescan como los cocuyo y defecan en cartuchos amarillos como soles. Y al crepúsculo, deudores, en el patio alzan sus voces discutiéndose los roles. sin escuchar ni sus nombres.

– Solo Lucho en un rincón veja en lo oscuro, solo lucho se reitera y sigue agrietando muros.

 Recuerdo cuando lo trajeron del infierno donde crecido ante miedos alzó firmamentos gélidos frente a las Huestes del Fuego, imaginando trayectos que apagaran los tormentos pasajeros, para dormidos vencerlos lanzandoles aguaceros. Y mató ese reto, cierto, también otros que vinieron y cuentan que ganaba a pecho, hasta el día en que al derecho, giró a la izquierda y quedó ciego. Y aunque al pararse quedó ileso, sintió que le habían demolido huesos para echárselos a las bestias del potrero, después de asarlo cual puerco.

– Pero Lucho no es un tipo al que rindieron, ni lo lograrán los Nomos sordomudos de este cuento, trancandolo en un apartamento y sumiéndolo al contexto que imaginando leyeron.

 Y lo se pues desde aquí lo veo, diciéndose solo lucho por los proyectos de peso, que solo Lucho sabe hacer aunque este ciego, como los Nomos creyeron que había vuelto, sin consultar con un medico. Pues cual paciente sincero, Lucho se hizo hasta el muerto y se permitió un entierro rodeado de quienes nunca lo quisieron, para verlos sonriendo y luego vencerlos despiertos. Solo lucho se reitera el día entero, solo lucho pues si paro no abro el hueco y me alocarán mis cancerberos. Y a cada rato lo veo, metiendo en cartuchos huesos.

– Pues solo Lucho sabe hacer de un poco mucho hasta fecundar cual cetro un todo único, reiterando que lo justo cala en puntos, que la libertad da atributos y la paciencia el desuso.

– Y solo lucho y nada dudo, se reitera, haciendo un guiño a los brutos que lo encierran; y  mientras los Nomos hacen fiestas aunque no se entiendan, el los impregna de amebas!

― ¡A sabiendas de que la mierda fermenta al contacto con la tierra; y luego crece la hierba, después que el llueva sobre sus cabezas…!

Tony Cantero Suárez – El Idílico Existencialista – Los Susurros de Cantero – Copyright 2015

 

 Photographie Ariel Arias , Photographe cubain à Paris

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