Llénate un saco de vida en la que vivas contenta,
plántale un jardín con brizas delante de ella. Dame
tus manos con prisa para sostenerla; y júntame a ti
en tus vivencias cada vez que lo quieras.
Tírate un poco en la hierba y juega con las piedras,
bébete un vaso de agua y luego una cerveza,
piensa que tienes paciencia si algún día me esperas;
y convéncete de tenerla, para que nunca la pierda.
Píntate un jardín colmado de pétalos de Milsueños,
susurra a los cuatro vientos que el gran amor te ha
llegado, que Cupido en un concierto con su verbo te
ha flechado; y que no tiene remedio.
Alza tus ojos y mira que ya llegas a la meta, abre tu
boca y aspira el oxígeno de tu existencia, cálmate el
ceño y respira el perfume de tu esencia; y deja que
el mundo se funda como la gelatina.
Tomate el pulso y revienta cuando en mis brazos
te veas, siente que en gotas te escurres como rocío
de primavera; y goza como la Luna llena, que al ver
al sol se despierta y en la mañana se queda.
Tócame, pálpame y úrgeme para que en la cama te
meta. Despéinate, estrújame y háblame de los
fantasmas que te tientan. Cierra ventanas y puertas;
y vete a ver si alguien queda escondido tras de ellas.
Y pídele que se pierda que vas a hacer horas extras
al fuego de la chimenea. Prendida al techo si vuelas
y encendida como vela cada vez que yo me prenda;
al eje de tus caderas, que veo que arden frenéticas.
Sube y baja la escalera con tus piernas carretillas,
vete al séptimo y regresa, dale a tu reina la juerga
que su hembra necesita. Pídeme un beso que asfixie
y que el limbo te derrita; que te lo haré mantequilla.
Y entrégate bajo un puente al atardecer del día, si en
rojo tu sangre hierve por el ron de aquella esquina; y
embriágate hasta la coronilla y hazme cosquilla en
las sienes, que yo te ayudaré a perderte.
Desnúdate por la orilla de alguna playa vacía cuando
las sirenas duerman y los peces pesquen redes. Y
grita amor que me quieres en esta y en otras vidas;
al horizonte que arriba y al infinito de veces.
Tomate el pulso y revienta cuando en mis brazos te
veas, siente que en gotas te escurres como roció
sobre hierbas. Y di mi nombre si urge porque aquí
nadie es de piedra; y yo me siento tu Alteza.
Ya sabes bien que te induje a amarme de esa
manera buscando a verte contenta.
Porque aunque tus besos me embrujen yo sigo
siendo Poeta; y siempre captaré la esencia, que
el buen amor me produce. Y aunque tus besos
me embrujen seguiré siendo poeta…
Dedos, letras y vivencias nuevas.
Pic. by Tony Cantero Suárez.
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