El trino viejo del tiempo…

 

 

Estoy sintiendo el zumbido del trino viejo del tiempo, me estoy soplando en los vientos que el desafío me ha traído. Desarraigos sufrimientos y verdes prados de pienso podrido, que secan los pensamientos efímeros y abruman los sentimientos dolidos; que al sol se sienten muriendo. Secos, con frio; y aturdidos por lo feo de este laberinto de ejemplos…

Que se dicen infinitos convencidos de sus principios de libros, pero que no son más que centímetros de la vida que han vivido; solos pensando a ellos mismos. Y no con deseos de ahorrarse para gastarse y compartirse a lo humano y en amigos. Y no como un sol dormido en celos, porque la luna ha salido a darse un paseo por el cielo.

Y la noche es un delirio que va encendiendo el camino. Y en la oscuridad se ven precipicios; y en el fondo jarros viejos llenos de agujeros y secos. Y bajo ellos, veo encierros. Y a estos tipos que les cuento los veo inerte y serios como cortados del tiempo; y separados de ellos mismos, cuando en almas caen al suelo.

Estoy nadando en un rio que surca en silencio los cerros que hay al horizonte de mi limbo, donde lo feo se pierde desesperado entre truenos que hace tiempo no han comido.

Y escucho un silbido mudo ardiendo en el fondo de mis adentros donde me he escondido el miedo; yo no lo voto, yo lo encierro,  paso trabajo y me entiendo con el pueblo. Me arriesgo y me suelto luego… Me libero y no pierdo el tiempo cuando me digo: Que nada es fácil, de hecho.

Bueno, cierto, o desmentido, lo verdadero es un juego colmado de argumentos de peso, serios y bien advertidos. Y la mentira es lo inverso, la que nos cierra el camino al fondo de precipicios huecos.

Que se aventuran dormidos por un mundo sin derechos, sin más  deseos de tenerlos y de disfrutarlos compartidos; a lo humano y en amigos. Como el sol dormido en versos cuando la luna ha salido a darse un paseo de ensueños, a desvivirse en delirios vivos con los astros de su universo; y él no encela por no verlos…

Estoy nadando en un rio que surca en silencio los cerros que hay al oeste de mi epicentro, donde lo feo se pierde desesperado entre truenos que hace tiempo no han comido. Y escucho que un grito ciego se escapa de mis adentros, de esos profundos adentros donde me he escondido el miedo para entenderme a mí mismo.

A mi yo que había perdido, a mis líos por sentimientos y a todos mis principios buenos. A mí con mis amigos viejos, los que siempre me han querido. Y a ustedes que leen mis versos, les pido de perder el miedo. Yo no lo voto; yo les enseño que nada es fácil, de hecho…

Bueno, cierto, o desmentido lo verdadero es un juego colmado de argumentos de peso. Serios y bien advertidos como los molinos de viento que dan energía a los pueblos. Y la mentira es lo inverso, lo que nos cierra el camino al fondo de precipicios huecos todos colmados de miedos. De brumas con vientos cruentos; y de dudas sin remedios para por las que pagamos luego.

Y en Don Quijote moderno yo hago entender lo que es cierto y lucho por mis derechos; y cuando gano los guardo, unidos en preceptos justos. Yo leo principios de libros y los adapto a mi juego;  yo cuento cuentos de adultos para pensares eclécticos…

Yo amo tanto como muchos y ando un camino sin miedos que se han perdido entre ellos, dejándome a mi tranquilo para que cumpla mis sueños. Yo no los boto, yo los tiento hasta que los veo cumplidos; y nada es fácil de hecho.

Pic. by Ariel Arias