La belleza consentida tiene cuerpo de sirena,
labios de ninfa viajera y ojos de hada madrina
cuando se quita el sombrero. Viste de rojo
sonrisas que palpitan en su pecho, y es grande
como un universo, abierto a soleados cabellos.
Tan locos como una estrella que surca el cielo
corriendo para perderse a lo lejos, haciéndole
el amor a un lucero que por el cielo anda
suelto; como Vals entre mareos bailado suave
en conciertos, preguntándome la veo…
Pide versos de mis dedos, como estos; y besos
buenos de aquellos. Y yo le doy su amuleto que
es este amor que le tengo. Y le reitero te quiero
y pido a un ciego un lucero que chifle a los
cuatro vientos; por eso yo le grito en versos:
Ay, me voy a morir, me voy a morir; a morir de
amor… Ay me voy a morir, me voy a morir; a
morir de amor…
A sus caderas de puerto se atraen los barcos
veleros, como brizas de sendero donde cantan
bardos ebrios. Amarrados como perros que
tienen dueños diversos; y yo cantando boleros
bohemios en serenatas le vuelvo.
Ay me voy a morir, me voy a morir, a morir de
amor…
Ella suelta sus amarras si es que en sus fiestas
se atan y soñando nada en ellos sobre mil olas
de ejemplos que la llevan a otros puertos. Y por
allí la describen sonriendo al natural de la
tierra; como una hiedra que cuelga…
Y bella como una ninfa parada frente al espejo,
pero lejos de otros dedos…
O frente a un lente sonriendo a todo aventurero
terco que venga a contarle cuentos. Hoy aún me
pregunto por qué se desnuda ante mis letras y
ante mis ojos morenos; y me llama paradero
donde detener sonrisas en un reposo de ensueño.
Las de ella misma por cierto, que me matan de
amor ciego… Ay me voy a morir, me voy a morir,
a morir de amor…
Y yo desbordo el florero donde planta sus
Milsueños, que bellos cabellos tiene la estrella que
veo allá arriba, la veo encendida en sonrisas cuando
a los ojos me mira. Y al sol me quemo con ella y a la
luna la sorprendo; porque aún no tengo sueño,
porque ella me lo quita…
La belleza consentida lleva una hembra por dentro
que todo hombre no mira… Ay, me voy a morir, me
voy a morir, a morir de amor…
Es la más bella que he visto desde que a dedos
mis versos humedecen ojos llenos. Y cuando suelta
cabellos yo me olvido de escribirlos; y me voy con
ella al lecho a hacerle el amor de nuevo, a
encenderle su sonrisa como a unos pétalos ebrios.
Ay, me voy a morir, me voy a morir, a morir de
amor…
Traveling Fashion Designers 🌼
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Poesía, relatos, novela romántica y otras hierbas. Graciela Giráldez
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La literatura es la mentira en la que más creo.
El mundo, las palabras y yo
no te mueras nunca!!!!!!!!!!!!
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Ah, no! Eso no, jajaja, bueno seamos pragmaticos, todavia no! Habrá prosa en versos por un buen rato, no lo dudes porque este no es más que el comienzo de mi todo literario…
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