Los he cruzado y he seguido por el pueblo,
los he visto darse besos y oído decirse te
quiero en la terraza de un bar del centro;
y luego los he visto corriendo ir a
esconderse en mi tintero, para que los
legara en versos con sutileza y lirismo.
Para en ellos abrazarse como niños que
envejecen con cariño; y vagar siendo leídos
por los siglos de los siglos. En un delirio
poético que los lleve a un infinito sin veneno,
vertidos en liquido lirico al estilo literario
que cultivo; y con adjetivos modernos…
Y yo los llevé al poniente por un sendero
del cielo, los extasié sobre un lucero y los
monté al séptimo gimiendo. Los acaloré con
mi verbo y les dejé el tintero abierto para
que me vieran describiéndolos; les dejé la
pluma a ellos y me concentré en sus juegos.
Para convertirlos en tinta divagando por
mis dedos; y para escucharlos decirse te
quiero como en aquel bar del centro. Les
dejé el tintero abierto y hasta lleno, para
que se hicieran el amor como se dice en
los versos; vivos, bellos y sin modelos…
¡Los he dejado en su cuento para que
puedan leerlos adorando lo que han hecho!
En ese viaje que se dieron por mi mente
como Genios sin Olimpo, los dos novios de
estos versos mirahuecos pero tiernos. Les
dejé el tintero lleno como premio a sus
quehaceres y deseos recurrentes; a sus
vestidos de lejos y a sus desnudos de frente.
¡Frente a frente y en espejos de ellos mismos!
Y alcé el vuelo con mis dedos al poniente,
en estos versos suculentos dedicados a mis
héroes. A esos instantes con ellos como
ejemplo de un amor grande y sincero. Y los
he visto en el suelo haciendo eses; y en
peldaños de escalera abriendo el techo.
Y los he visto en un convento ser absueltos
por un párroco bohemio, los vi sacando sus
pañuelos polvorientos, los vi llorando alto
y rogando vivir viejos en un libro. También
los vi sacando dos anillos de un bolsillo; y
ponerlos en sus cuerpos sin decírselo…
Los vi casarse sin testigos ni amuletos. Y los
vi amándose en sus sueños más quiméricos,
los he visto y les repito que están vivos y
despiertos por mi pecho. Pues aun entiendo
salir gritos y gemidos por la boca del tintero;
pues aun los veo como cuento con mis dedos.
¡Y hoy aun entiendo cómo se dicen te quiero,
pues el fondo del tintero aun no está seco!
Son los dos novios de un modelo de cariño
que me invento cuando sueño. Cuando el
amor tienta a escaparse de mis huesos y yo
lo apreso en un cuento de esos que luego
dedico a quienes quieran leerlo; y hacia ellos
yo me vuelvo como en estos que hoy les lego.
Dejando el tintero abierto a mis anchas y
deseos infinitos de sentirlo, de describir un
cariño que no ha muerto en mis adentros,
porque yo vivo siguiéndolo y lo describo
infinito como los besos que deseo. Como el
de estos novios furtivos que hoy me invento.
Pic by Ariel Arias.
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«Son los dos novios de un modelo de cariño
que me invento cuando sueño», los novios furtivos de cada persona sensible, sentimental siempre persigue. Excelente Tony!
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Ese mismo modelo de novios que todos queremos ser… Gracias Berkis…
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bellisimo y con una sencibilidad que es de pocos,,,,
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Es la cronica sobre unos novios que se aman como en versos…
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wow … muy bueno y mejor fue ver mi rostro en plasmado en esa foto .
empresionante versos
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Muchas gracias Deyby, el todo completo tambien tiene de nuestro amigo y maestro fotografo Ariel Arias. Un abrazo, hoy desde Madrid, Tony
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